Sammy, el niño barranquillero que ve la vida con alegría

En el mes del niño PRENSA NEWS resalta el carisma de Samuel Martínez Alcázar, de 13 años, también conocido como Sammy Quillero.

Alegre, servicial, amante de la música y el carnaval. Así se describe Samuel Martínez, quien nació con el síndrome de Peters, el cual le afecta la cavidad visual, una capacidad diferencial que no le ha impedido soñar con su más grande pasión: la música.

“Me encanta la música del Caribe, la africana y la de Europa. En mis tiempos libres me dedico a estudiarla, es decir, no solo escucharla sino también saber quién la canta. Con todo esto he recibido varios premios por ser el único niño que tiene su propio picó”, dijo.

El enorme bafle de sonido tiene un gran significado para él, pues cuenta que fue un regalo que recibió para una navidad y que desde entonces ha cambiado su vida.

“El picó me genera mucha alegría. Este me lo regalaron en el año 2014 y se llama ‘El Sammy Quillero’. Casi siempre lo prendo y lo pongo a calentar”, afirmó.

Sammy tiene una alegría arrolladora para animar a las personas. El sabor folclórico que lo caracteriza como buen costeño quedó demostrado en su participación como Rey Momo del Carnaval de los niños en el 2018, una experiencia que disfrutó y le dejó muchos momentos inolvidables.

“El barranquillero es alegre de por sí, pero en los carnavales lo demuestra más. La gente se disfraza, hay música y baile. Estas son fiestas que nos alegran a todos, y para mí el carnaval son los 365 días del año”, enfatizó.

Actualmente Sammy está enfocado en la música, en aprender nuevos idiomas y en trabajar por la inclusión social. “Quiero que se acabe la discriminación hacia las personas con discapacidad, que sepan que esto no es impedimento para lograr los sueños”.

Así las cosas, el niño barranquillero invita a todos los jóvenes de Colombia y el mundo a no desistir de sus sueños, pero sobre todo a mantener la calma en estos momentos críticos de pandemia. “Evitemos ver noticias de muerte, tratemos de hacer cosas que nos distraigan la mente y que nos alegren”.

Por: Liz Castelar

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