Meira Delmar: se cumplen 100 años del natalicio de la poeta colombiana

Bajo el cielo húmedo y caliente de Cartagena de este agosto recordamos que nació hace cien años Meira Delmar, nombre poético de Olga Chams Eljach (21 de agosto de 1922). La editora Luz Eugenia Sierra viene de Bogotá con una antología que reúne una selección de los siete poemarios de Meira, siete poetas que le rinden homenajes a través de sus poemas y 25 amigos que la evocan y celebran en distintos tiempos. Desde hace ochenta años con la aparición de su primer poemario Alba de olvido (1942). 

La antología Meira Delmar. “Poesía selecta & 25 elogios” (Letra a Letra, 2022), se presentó en la noche del jueves en el Hotel Bellavista, pero no alcanzó la noche para seguir hablando de Meira, en el regazo de La Vieja Guardia de Nena Cantillo en la Calle Portobello. Vino el poeta y gestor cultural Miguel Iriarte, quien nos conmovió a todos con una semblanza personal de Meira y una lectura extraordinaria de algunos de sus poemas, entre ellos “Romance de Cartagena”.

Meira Delmar es uno de los seres puros e incontaminados que hemos tenido el privilegio de conocer en la vida. Hablaba con la cadencia con que escribía sus poemas, con silencios de piano y laúd, y ese corazón suyo que seguía latiendo más allá de las palabras.

Recuerdo a Meira homenajeada en Cartagena por el Instituto Piaget que dirigía Sofía Camacho. En ese acto que quedó grabado Meira leyó, declamó de memoria ese bello poema a Cartagena, y lloró al escuchar a niños y niñas de la comunidad educativa recitando sus poemas. Sofía nos pidió a Jorge García Usta y a mí que dijéramos unas palabras sobre la poesía de Meira. Fue un honor gigantesco. El tiempo desanuda sus azares y nos devuelve a la magia primigenia. En la noche del jueves, Miguel Iriarte me agradeció la primera nota que se publicó en El Universal sobre su primer poemario Doy mi palabra en 1985, que ha leído con un retraso de 37 años. Y al recordármelo le dije que casi en esa misma semana se publicó la reseña del primer poemario de Jorge García Usta, Noticias de la otra orilla, que se editó en 1985. 

La noche nos llevó al milagro de Miguel leyendo en voz alta los poemas de Meira, llenos de una música, una sutileza de sentimiento y una aérea, flotante y seductora metáfora para nombrar con imágenes inesperadas la evocación ausente y viviente de un amor en carne viva. Los elogios de Ramón Vinyes en 1942 celebrando a Meira, al igual que los elogios de Héctor Rojas Herazo y García Márquez en los años 50, confirman la perdurable irradiación de la poesía de Meira en habla castellana. Es nuestra gran poeta clásica colombiana, a la que hay que leer como quien entra a una sinfonía o a la secreta isla de su corazón. “Meira representa, por extensión, una cifra extraordinaria en lo que puede llamarse esa otra manera de vivir el Caribe”, señala Miguel Iriarte. Con un sentido del humor y una gracia sutil forjó una forma de nombrar el Caribe.

Informe de El Universal de Cartagena
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