Continúan quejas y reclamos de usuarios por mal servicio de empresa Air-e

Las quejas por los abusos y cobros ‘excesivos’ de Air-e se han vuelto costumbre. Hoy, el turno es para Nicolasa González Romero, residente en la calle 69 #46-95, quien, a pesar de su edad y condiciones de salud, ha levantado su voz exigiendo un mejor servicio.

González Romero, es una mujer de 60 años de edad, quien padece en gran parte de su cuerpo  parálisis y en la mañana de hoy, dejó ver su enojo por los reiterados abusos por parte de la empresa de energía. Luego, en conversación con este medio, denunció a detalles su situación.

El mal servicio que la mujer ha venido recibiendo inicia con el anterior operador, Electricaribe, Air-e, no ha atendido su queja.

«Quiero hacer valer mis derechos, los pagos los hago todos los meses y puntual, si me paso un día, me cortan la luz. Se me han quemado todos los electrodomésticos», asegura la mujer.

Aunque, en las imágenes se ve a la mujer con un bate, la misma asegura que no ha agredido a ninguno de los trabajadores de la empresa de energía, ni piensa hacerlo. Por el contrario, la mujer afirma que usó el bate para dañar su propio contador, que, curiosamente, manifiesta no estar en su casa, si no, en el poste de la conexión eléctrica.

«Reventé con el bate el contador. Me parece una falta de respeto no tenerlo en mi propia casa, donde se supone debe medirse el consumo. Solo eso, no pienso agredir a los muchachos que trabajan con la empresa, ellos no tienen la culpa, esto es contra los que están a cargo de esa empresa», afirmó.

Agregó que, teme por un posible incendio, ya que, la energía no es estable y ha perdido gran parte de sus electrodomésticos. Sumado a eso, el costo de los reguladores, a los que ha tenido que recurrir para prevenir un suceso fatal, y los pagos a electricistas para restablezcan de momento su servicio, van en aumento.

La queja de la mujer se resume al querer por hacer valer sus derechos y recibir un servicio «como yo lo pago, puntual y bueno».

No obstante, no ha levantado una denuncia en un ente de control, porque considera que «es una pelea de tigre, con burro amarrado», por lo espera que Air-e resuelva su situación y «arregle por completo los daños y no resuelva momentáneamente».

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