Análisis: un año después

Aunque los más optimistas insisten en que «hay que aprender a convivir con el coronavirus», desde aquella primera semana de marzo – un año atrás – ya nada es igual o lo mismo en nuestras vidas.

Y digo nuestras porque, justamente en el momento que trato de organizar mis ideas para escribir estas líneas, recibo la muy lamentable noticia sobre el fallecimiento de una persona a quien hasta hace un par de semanas pude saludar. Después, supe que había dado positivo para Covid-19, que estuvo bajo cuidados médicos domiciliarios y que todo parecía ocurrir sin mayores contratiempos. Pero, inesperadamente y en solo un instante, el buen hombre nos dejó.

Un año después el virus ha cobrado la vida de más de 60.000 seres humanos en Colombia.

Un virus que ha puesto a prueba nuestra propia condición humanitaria o inhumana.

Un virus que hizo evidente lo que – quizá – nunca imaginamos que sería posible en lo que podríamos considerar como parámetros normales del comportamiento humano.

Un virus que potenció la incertidumbre, el miedo, la tristeza, el dolor, la rabia e impotencia, pero también la resiliencia, la fe, el amor y la esperanza; esa que aún nos ayuda a no perder el ánimo en medio de tantas y tantas dificultades derivadas de lo imprevisible e insospechado, pero también de aquello que bien puede ser calificado como lo hecho de manera correcta e incorrecta para enfrentar los grandes retos de una pandemia mundial.

Un año después tampoco podemos dejar de pensar que nada debe seguir igual o lo mismo. Y sí, todo ha cambiado, pero:

¿También en ese tiempo los seres humanos hemos recibido suficientes lecciones para cambiar nosotros mismos?

¿Acaso hemos aprendido de lo que somos capaces en la búsqueda del poder?

¿Hemos logrado entender lo que causa la inequidad social, la corrupcin, el individualismo, la mezquindad, la falta de conciencia e irresponsabilidad?

¿Somos concientes de lo que es necesario cambiar para volver a convivir como antes?

¿Qué estamos dispuestos a hacer para que estos hechos no se repitan?

En fin, ha pasado un año y también es tiempo o momento para reflexionar.

Por: Freddy Gutiérrez B.

Scroll al inicio