Análisis: el campeón hace su propia suerte

Ya sea en Mundial, Champions, Libertadores, Copa America, Liga Local o incluso torneo aficionados; el fútbol se juega con cábalas y la más común es aquella creencia que consiste en que los trofeos se miran ni se toca antes del inicio de una final.

Uno de los casos más recordados fue el de Zinedine Zidane en el Mundial de Alemania 2006. “Zizou” tocó la copa del mundo al salir al campo y tuvo tan mala suerte que el 10 del combinado francés salió expulsado del compromiso por el recordado cabezazo a Materazzi y la selección perdió ante Italia.

En cuanto al torneo colombiano sucedió algo similar durante la final del 2020 Santa Fe VS América. En ambas escuadras algunos jugadores se acercaron y tocaron el trofeo. Incluso uno de los que se refirió al tema fue Alexis ‘el Pulpo’ Viera, que fue portero del América:

“Menos mal que tocaron uno de cada uno la copa. Porque las estadísticas de los que tocan la copa antes del partido no se les da.” Aseguró “el pulpo” en sus redes sociales en aquella final.

En las últimas horas; Millonarios y el Deportes Tolima jugaron la final del fútbol colombiano, la copa está ubicada junto a la salida de los vestuarios. La organización, la coloca al alcance de todos los jugadores para invitar seductoramente a los protagonistas a colocarle las manos encima, pero la leyenda dice que no se debe de tocar ni por equivocación antes de ganarla, pues la maldición te condenaría a perder irremediablemente el partido final.

A Juan Carlos Pereira del equipo embajador, al parecer, olvidó esta cábala o simplemente no cree en superstición y tocó la copa previo a entrar al terreno de juego.

Maldición o no, Millonarios perdió este domingo 1-2 con Deportes Tolima en el partido de vuelta de la gran final de la Liga BetPlay I-2021, mientras que “los pijaos”, que no se atrevieron a dar una mirada al trofeo, ahora tienen una nueva estrella en su escudo, la tercera en toda su historia y así realizaron otra de las tradiciones más famosas del fútbol, dar la vuelta olímpica en el escenario.

Por: Mary Sánchez

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