Una estrella solitaria

En un cementerio de estructura colonial tan antigua como la ciudad de Santa Marta, reposan los restos de Alfredo Antonio Arango Narváez, campeón con el Unión Magdalena un 15 de diciembre de 1968. Así mismo fue campeón con Junior un 14 de diciembre de 1977 y por coincidencia de la vida falleció un 20 de diciembre de 2005.

En este 2020 la soledad también se apoderó de los sepulcros. Las visitas son pocas, casi nulas y las tumbas con flores marchitas del Cementerio San Miguel solo esperan la resurrección de los muertos.

En medio del descanso eterno existe un hombre que hace más de 50 años no descansa, convive con las 33 ánforas en forma de ángeles que vigilan los alrededores, transita por los callejones adornados por truncas, obeliscos, vestales, arcas, lápidas con bajorrelieves fabricadas con mármol, cemento y arena. En medio de la ciudad de los muertos, Froylan Antonio Jinete recuerda como de niño vio al Unión Magdalena ser campeón y de adulto tener la tarea de enterrar a su ídolo Alfredo Arango.

“Tenía 13 años cuando el Unión fue campeón y cuando se muere una gloria uno los recuerda todo el tiempo, deberían ayudar a la familia para que le arreglen la lápida”, anota.

En la cúspide del osario familiar se encuentra la virgen del Carmen. la mujer que según Rubén y Alfredo apareció a salvarlos de las turbulentas aguas de Bocas de Ceniza. Luego continúan las lapidas con el nombre de cada uno de los miembros de la familia y la de Alfredo se encontraba a espalda de la virgen y en una esquina olvidada sin nombre alguno. Solo se puede reconocer gracias al dedo del sepulturero.

Si existe alguien que tiene como su máximo ídolo a Alfredo Arango es el periodista Peter Robles Torregroza que desde el año 1975 se deslumbraba con la precisión de Arango y las extraordinarias gambetas de Didi Valderrama. Conociendo el amor que profesa por ambos jugadores le comenté la situación y no pudo evitar llenarse de sentimientos.

“Si yo fuera directivo del Unión Magdalena algo haríamos. Por ejemplo resaltar la lápida del nombre de Alfredo Arango por todo lo que significó en el futbol samario y de Colombia. Arango al igual que Didi jugaron en una época en la que no tenían que jugar. Alfredo Arango jugaba un fútbol brillante como todo un crack, genio y figura. En estos tiempos Alfredo y Didi tendrían que jugar en los grandes equipos del mundo por sus genialidades.  El «pibe» fue un fuera de serie pero, Arango era «el maestro” son tres estrellas samarias incomparables», comentó el periodista sin saber que minutos antes el sepulturero había usado palabras similares.

El tiempo pasa y ya no es suficiente recordar el título año tras año. Alfredo es la estrella que adorna el interior del escudo. Curiosamente solo Junior y Unión Magdalena son los únicos equipos que llevan sus estrellas dentro del escudo. Pero todo parece apuntar que así como la triste lapida del maestro aquel amor profundo y único algún día también reposará entre miserias humanas.

Por: Mary Sánchez

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