“Un papá con delantal”, el libro que invita a reflexionar

La vida misma y esos detalles que se van volviendo imperceptibles, son el material preciso para los libros de la periodista y escritora argentina Magela Demarco. Es pura realidad lo que fluye a través de sus letras, la que casi siempre en Latinoamérica se esconde bajo el telón pesado de las costumbres.

Ella misma hace lobby, no requiere de presentaciones por parte de terceras personas, es pura autenticidad, y con su más reciente libro en mano, luego de haber sorteado los quehaceres propios de casa, su actividad profesional, pero ante todo su rol de madre, se dispone a hablar tan sencillamente como escribe, de esta historia para niños, que bien deben aprender los adultos.

“Un papá con delantal” es ese libro que narra una historia muy sencilla y sensible, todo bajo la mirada de una niña que cuestiona la asignación de las tareas de la casa, viendo siempre como la mujer tiene esa obligación tácita, mientras el hombre dispone de menos deberes.

Con esta temática tan actual y contundente, el libro ha tenido un tránsito diferente en cada país donde ha sido publicado. En España está desde 2018, mientras que Perú fue el siguiente destino, Colombia tuvo su turno a principio de este año a través de Icono Editorial y paradójicamente en Argentina, de dónde salió, se acaba de distribuir, tal vez por detalles que gustaban o no a las editoriales.

La autora manifiesta satisfacción al encontrar que en España se le utiliza en varias vías de igualdad, de la misma manera se le ha dado repercusión desde ámbitos literarios y en general la acogida ha sido muy buena. En Latinoamérica sabe que debe remar un poco más, pero allí va.

Si bien ahora la atención se ocupa en “Un papá con delantal”, Magela Demarco ostenta una carrera literaria con varias publicaciones, tales como “Sola en el bosque”, que trata del abuso sexual infantil y la violencia familiar, otro recomendado es “Un papá intermitente”, dedicado a muchos de esos padres que están y no están, y en particular siempre escribe desde lo que le gusta, le enoja, le moviliza, le preocupa, le angustia y le resuena.

Con respecto al actual, es un tema que tiene apropiado, afirma que su madre los crió diferente a su hermano y a ella, pero estando niña no puso atención a esa desigualdad, solo al tener pareja pudo evidenciar que las tareas de casa eran solo para ella, además que debía cumplir hasta con lo de su compañero.

Para complementar lo que estaba viviendo, advirtió también que si había una reunión de parejas, al culminar la comida, quienes levantaban platos para lavarlos eran las mujeres, de la misma forma, en el chat del colegio solo hay mamás, dos padres porque están peleados con sus ex esposas y entonces acuden allí para saber más del rendimiento de sus hijos, y el grupo de hombres del colegio, es porque son padres de niños que juegan fútbol y allí está el mejor pretexto.

Como estas, muchas más realidades dieron cabida a que desde el humor esta autora decidiera escribir “Un papá con delantal”, y lo hace así, porque de otra forma resulta a su manera de ver “patético”, de otra parte, la gracia entra más fácil en la gente y es más comprensible.

La historia es contada por una niña, cuya madre trabaja y no puede además con todas las tareas de la casa, entonces pone un anuncio para contratar a alguien que se ocupe de todo, la respuesta es inmediata por parte de “Amador”, un hombre que usa delantal y realiza labores que no tienen por qué tener un rótulo destinado a la mujer.

Magela Demarco no está de acuerdo con la frase “es amoroso, me ayuda con las cosas de la casa”, la realidad es que el hombre vive allí, también es su casa y no se trata de ayuda, es un deber y ese mismo compromiso aplica para todos y cada uno de los miembros del hogar.

El nombre de “Amador” va ligado al amor, y se trata de un personaje externo que llega a movilizar la historia de una casa y justamente se trata de un hombre, para muchos, la “competencia más desleal”, pero que provoca cambios en los hombres que allí habitan.

Consciente de que es un cambio necesario y que va ligado a la evolución, la escritora considera que para muchas situaciones en las que la sociedad patriarcal y machista se involucra en el diario vivir, ya se debe dar un giro, no concibe que a una presidenta se le llame “presidente”, o que en una empresa todavía se diga “jefe de departamento”, cuando es una mujer quien ostenta el cargo.

Para Magela Demarco la RAE debe ir aceptando que los términos van a cambiar, y aunque en Argentina está prohibido el lenguaje inclusivo, la lengua está viva y lo que no se pronuncia no existe, por tanto ella habla con “las escritoras”, “los escritores”.

El feminismo desde otra óptica

La escritora se declara feminista desde el lugar de que se trata de un movimiento que intenta la igualdad entre hombres y mujeres, y cree que los hombres también deberían integrarlo. Aclara que no está en ese nivel de dar supremacía a la mujer, ella promulga la equidad.

Su visión también se enfoca en lo que le ha tocado vivir a los hombres desde la crianza patriarcal, a la gran mayoría se le quitó el derecho a poder expresar lo que sienten, el derecho a llorar, a mostrarse vulnerables, y con la división de roles se perdieron de muchas cosas hermosas, como acercarse más a sus hijos, leerle los cuentos al dormir, acompañarlos.

Con esa temática que se adapta a cualquier edad, Magela Demarco ha publicado varios títulos. Argentina, obviamente lleva la delantera, seguido de España, Perú y ahora Colombia, hasta donde llega esta divertida narración con ilustración de Andrea Bianco.

Tomado de El Universal de Cartagena
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