Obras detenidas en Baranoa: secretario de Planeación se compromete para ayudar a comerciantes afectados

Las cinco calles que aparecen vinculadas dentro del proyecto del nuevo Mercado Público de Baranoa y que beneficiaría a cientos de familias de esta población, parecen haber quedado en desconcierto. Las calles de esta zona mercantil permanecen, según lo afirmado por los comerciantes, totalmente reventadas y con aguas estancadas que generan olores fétidos. Con ello, la circulación de clientela ha disminuido y, por ende, también las ventas.

“La zona es una porquería. La calle 18 esta reventada, tiene meses de estar así. Por aquí no trafica prácticamente nada, uno atraviesa como si estuviera cruzando un arroyo. La verdad es que a esta obra no veo que le meten mano”, dijo uno de los habitantes del municipio en un recorrido que hizo PRENSA NEWS a esa zona.

La comunidad agrega que el contratista encargado de liderar los trabajos de pavimentación dejó, desde el mes de junio, a la intemperie dicha obra.

“No entendemos por qué motivo no dan razón. Lo que hicieron fue que abandonaron la vía completamente. No sabemos qué paso con la plata (…) el contratista que es el mismo para muchas obras, no da respuesta. Lo que escuchamos es que el contratista de la vía no tiene el dinero para ninguna obra”, dice otro de los comerciantes.

Ante esta situación el secretario de Planeación, Juan Camilo Manotas, señaló que «estamos esperando que la Triple A y el contratista nos den el aval para pavimentar, por eso se ha generado esa incertidumbre”.

Ante las constantes quejas, el funcionario asumió un compromiso para con la comunidad.

“Me comprometo hablar con el Alcalde y directamente con Secretaria General para ver qué soluciones y ayudas podemos brindarles a ellos”, remarcó.

Cabe mencionar que, desde un principio, la firma contratista autorizada para procesar la obra del Nuevo Mercado Público fue CAG Constructores S.A.S, con un monto de $3.500 millones, durante un periodo de 8 meses, según lo aseguró el alcalde municipal, Roberto Celedón.

Por: Liz Castelar

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