Por: Freddy Gutiérrez Buelvas
Lo que está ocurriendo ante el creciente uso de la motocicleta, en articular para ofrecer el incontrolado y mal llamado «servicio público del mototaxismo», como única manera para obtener recursos económicos y así sobrevivir ante la falta de oportunidades laborales y de opciones frente al creciente desempleo o la falta de educación, es ya un asunto que sobrepasa cualquier realidad socioeconómica en todos los escenarios ciudadanos.
Para citar sólo el caso del municipio de Ciénaga el segundo en importancia del Magdalena después de Santa Marta – donde no es menos preocupante la crisis de movilidad debido al mismo fenómeno – resulta más que alarmante la increíble sensación que «aquí existan más motos que personas», siendo este el motivo de reflexión ante el caos que genera la movilidad insegura en cualquier sector, lugar o punto de la ciudad.
¿Qué es el la movilidad?
«La movilidad es una actividad que involucra el desplazamiento de personas de un sitio a otro, ya sea a través de sus propios medios de locomoción o utilizando algún tipo de transporte.»
El concepto es necesario aplicarlo respetando las normas y señales de tránsito, uno de los mecanismos más comunes en la Cultura Ciudadana.
Aunque tampoco, como se evidencia en la fotografía ilustrativa de un hecho real, debería seguir siendo posible que la autoridad incumpla dando el mal ejemplo. *Accidente ocurrido en el Centro Histórico de Ciénaga, involucrando una patrulla de Policía y una motocicleta.
Usar el casco, el chaleco distintivo, portar la licencia respectiva y tener la documentación en regla, no pueden ser opcionales para montar en motocicleta.
Sabemos que la informalidad laboral a través del mototaxismo es un tema que preocupa por las realidades socioeconómicas que son como punta de lanza. Considerar entonces que del mismo modo debe priorizarse la disminución de los riegos ante la accidentalidad, también debe interesar a todos.
Realidades de a puño.
