Los presidentes fieles al mundo de las letras

La tentación por el periodismo y la literatura ha acompañado a muchos de los presidentes titulares que ha tenido Colombia en más de dos siglos.

El primer gran escritor fue el general Simón Bolívar, quien gobernó al país en dos oportunidades, entre 1822 y 1826, a sus 39 años, y luego, de 1826 a 1830, a sus 43 años. Estuvo provisoriamente en el gobierno entre 1819 a 1821, a sus 36 años. Y al final de su vida, en 1830, a sus 47 años. Bolívar dictaba las cartas en las treguas impredecibles del día y la madrugada en su intensa, obstinada y perfeccionista existencia de guerrero, pensador y amante. Esas cartas tenían un gran sentido pragmático, estratégico, militar pero, a su vez, un gran sentido literario. Era un lector voraz de literatura francesa, inglesa, americana.

Un presidente mal poeta

El cartagenero Rafael Núñez (1825-1894) fue el presidente número quince de la historia de Colombia, gobernó en cuatro oportunidades desde su casa de El Cabrero y fue el artífice de la Constitución de 1886, que se mantuvo vigente hasta 1991. Era abogado y periodista. No solo escribió la letra del Himno Nacional de Colombia, sino que un libro que tituló ‘Poesías’, fue amigo de los mejores poetas de su tiempo: José Asunción Silva y Rubén Darío. Escribía sus notas periodísticas en los diarios El Porvenir, La Nación, El Mensajero, La Luz, El Impulso, El Neogranadino, El Continental de Nueva York, entre otros. Sus textos periodísticos aparecieron en sus libros: ‘La reforma política en Colombia’, en ocho volúmenes, ‘Ensayos de crítica social’ y ‘Diccionario político’, además de sus ‘Poesías’. Promovió la educación. A él le debemos la creación de la Escuela de Bellas Artes de Cartagena.

Un presidente inepto

Recuerdo haber leído en la biblioteca de mi padre, la novela ‘El Moro’, de José Manuel Marroquín, el octavo presidente en la historia de Colombia, entre 1900 y 1904, considerado uno de los peores gobernantes que ha tenido Colombia. En su gobierno, la nación padeció gran parte de la Guerra de los Mil Días y perdió a Panamá. Se le valora como gran periodista y literato, cofundador de la Academia Colombiana de la Lengua. Autor de cuatro novelas: ‘El Moro’, ‘Entre primos’, ‘Blas Gil y Amores y leyes’. Su novela ‘El Moro’ es el relato sobre la vida tormentosa de un caballo maltratado y sometido a la infamia y crueldad de su amo, hasta llevarlo a la muerte. Marroquín era un autor costumbrista. Fundó El Mosaico, y escribió allí al lado de Jorge Isaacs, Eugenio Díaz Castro y José María Vergara. A Marroquín el país se le salió de las manos mientras escribía sus textos periodísticos y literarios.

Quiso redimirse consagrándose a la enseñanza, a las letras y a la educación luego de su desastroso paso por la Presidencia. Su frase infame lo perpetuó en su ineptitud como jefe de Estado: “No sé de qué se quejan. Recibí un país y les devuelvo dos”.

Otros literatos

Mariano Ospina Rodríguez, presidente número nueve, de 1857 a 1861 a sus 52 años, era abogado y periodista.

Manuel Murillo Toro, presidente número 10 y 14, entre 1864 y 1866, a sus 48 años, y entre 1872 y 1874 a sus 56 años, era literato.

Marco Fidel Suárez, presidente 27, de 1918 a 1922, a sus 63 años, fue un reconocido pedagogo y escritor que desde niño soñó con ser sacerdote.

Alfonso López Pumarejo, presidente 31, de 1930 a 1934, a sus 50 años, era abogado y periodista.

Eduardo Santos Montejo, presidente 32, de 1938 a 1942 a sus 50 años, era abogado y periodista.

Laureano Gómez Castro, presidente 35, entre 1950 y 1954, a sus 61 años, era ingeniero y periodista.

Alberto Lleras Camargo, presidente 37, entre 1958 y 1962, a sus 52 años, era periodista y escritor.

Carlos Lleras Restrepo, presidente 39, entre 1966 y 1970, a sus 58 años, era abogado y periodista.

Alfonso López Michelsen, presidente 41, entre 1974 y 1978, abogado y escritor, escribió la novela ‘Los Elegidos’.

Belisario Betancur, presidente 43, de 1982 a 1986, a sus 59 años, abogado y escritor, escribió ‘Poemas del caminante’.

Juan Manuel Santos, presidente 50, entre 2010 y 2018, economista y escritor.

Texto de Gustavo Tatis Guerra para El Universal de Cartagena

Scroll al inicio