“La descarbonización de las ciudades es una oportunidad para el medio ambiente y para la economía. Crea oportunidades para generación de empleo e innovación. Cabe destacar que el componente bancario privado debe suministrar capital que incentive una trayectoria hacia una economía de emisiones cero”, destacó Greg Clark.
Por su parte, Aziza Akhmouch, jefa de la división de Ciudades OCDE, manifestó en su intervención que la crisis del covid-19 le ha abierto los ojos a Latinoamérica frente a diversas desigualdades latentes, que ya se evidenciaban antes de la pandemia, pero que fueron acentuadas desde principios del año pasado.
Akmouch destacó que “Los gobiernos están aprendiendo a construir mejores ciudades resilientes”, pero deben esforzarse por realizar inversiones que permitan ciudades más incluyentes en Latinoamérica, que permitan una reactivación económica óptima y se conviertan en mitigadoras de los flagelos ambientales.
Finalmente, José María Ezqqiaga, profesor titular de la Universidad Técnica de Madrid, disertó sobre los retos del urbanismo en medio de la pandemia, y enfatizó en que se deben implementar modelos de ciudad que prioricen el espacio público y la transición hacia fuentes de energía limpias, cuya función principal redunde en preservar la salud de las personas.
“Es el momento de replantear políticas que mejoren la calidad de vida de las personas. El coche ha sido letal para el equilibrio urbano. Se debe usar más la bicicleta, transportes limpios, También se debe regular el acceso universal al automóvil”, expuso.
Adicionalmente, hizo un llamado a las autoridades para pensar en un nuevo modelo de vivienda que integre espacios de trabajos, de estudio y hasta de confinamiento para futuros eventos mundiales que puedan afectar la calidad de vida de las personas.
Ezqqiaga resaltó que Barranquilla, a través de obras como el Malecón del Río, es una de las ciudades que les está apostando al bienestar general de la población y a la prevención de los efectos del cambio climático. |