Las acciones de las autoridades del Atlántico para combatir la criminalidad

Debido a que los hurtos y extorsiones han aumentado, de acuerdo a las cifras, en los últimos días, las autoridades locales del Atlántico se han visto en la necesidad de buscar estrategias puntuales que acaben con este mal que agobia a la comunidad.

Para el municipio de Soledad, el alcalde Rodolfo Ucrós, aprobó las doce líneas de acción con las que busca fortalecer la investigación judicial, mejorar las herramientas tecnológicas para las instituciones, construir la Unidad de Servicios Especializados en Convivencia Ciudadana y Justicia (UCJ), así como también, el seguimiento a los controles efectivos a las normas de restricción por Covid-19.

En este mismo sentido, la Alcaldía municipal de Juan de Acosta, en cabeza del Alcalde Carlos Higgins, diseñaron estrategias puntuales para erradicar los hurtos que tenían intranquilos a los habitantes de los sectores de Santa Verónica y Chorrera. Para ello están gestionando la instalación de 19 alarmas de seguridad que avisen a las autoridades en caso de riesgo.

Por otro lado, la modalidad de extorsión se ha convertido en el enemigo silencio que ronda a varios atlanticenses. Aunque el Gaula del Atlántico ha impulsado campañas dirigidas a los diferentes municipios del departamento para fortalecer este mal; las llamadas extorsivas no dejan de ser un flagelo con el que algunos tienen que lidiar.

“Aquí en Palmar de Varela la inseguridad nunca ha dejado de existir. Necesitamos mayor refuerzo de las autoridades. Este es un pueblo que está en el olvido de los mismos gobernantes y por eso es que los malhechores hacen y deshacen aquí y nadie les dice nada. Hay calles por donde uno no puede pasar a altas horas, y, también están los que se aprovechan de otros y toca pagarles”, expresó un habitante de Palmar de Varela, que optó por mantener su nombre en anonimato.

Por su lado las autoridades locales continúan desarrollando estrategias para contrarrestar la inseguridad del departamento. Mientras tanto la comunidad no deja de sentir miedo ante las amenazas de este enemigo sigiloso.

Por: Liz Castelar

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