La tecnología, herramienta generadora de cambio en la educación

La tecnología, sin lugar a dudas, ha sido uno de los grandes avances mundiales que ha revolucionado la vida del ser humano, convirtiéndose en una herramienta fundamental, que por excelencia fomenta la capacidad investigativa y los aprendizajes académicos, sociales, culturales, económicos y profesionales, etc del ser humano, al tiempo que obtiene, almacena, condensa y dinamiza el conocimiento de la sociedad. Día a día, se puede evidenciar la manera en cómo el auge de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han penetrado el espectro mundial, al punto de que actualmente hace parte en todos los ámbitos de la sociedad.

Hasta hace algunas décadas, la educación formal era adquirida dentro de las aulas de la escuela; las TIC han logrado transpolar las aulas a espacios virtuales de aprendizaje donde los alumnos hacen uso de la computadora y el internet como principal recurso para el aprendizaje; lo cual ha llevado a replantear los modos tradicionales de enseñar y aprender

Estos nuevos paradigmas han generado un cambio, pero sobretodo una transformación radical a nivel organizacional y metodológico que han propiciado aprendizajes significativos, y por ende cambios en los modelos tradicionales de enseñanza. Sin embargo, frente a esta serie de evoluciones que constantemente van avanzando, la tecnología, si bien tiene aportes positivos, también ostenta desventajas no beneficiosas para las personas.

Un ejemplo de ello se puede constatar en el aula de clase escolar, escenario en el que los adolescentes estudiantes de colegios presentan algunos problemas con relación al uso del celular, debido a que cuando lo usan sin ningún tipo de control o restricción, se enfocan más en los juegos, música, videos, etc que en la verdadera conciencia sobre el correcto funcionamiento que se le deben brindar a estos dispositivos móvil en la clase.

Incluso, cuando el alumno desconcentra su atención de la explicación del docente y la focaliza en contenidos virtuales totalmente ajenos a la enseñanza académica, indudablemente conlleva a que el estudiando se aleje del objetivo planteado por dicha institución educativa. Paralelo a ello, existe otra falencia que se debe superar, y es la resistencia y/o renuencia que muestran algunos docentes para entrar en la vanguardia de esta nueva era tecnológica, que implica a su vez, darle rienda suelta a los nuevos retos y desafíos que impone el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, en el manejo de las TICS.

Por otra parte, los cambios vertiginosos que se han venido gestando al interior de la sociedad exigen una educación con calidad, que responda a las necesidades y exigencias del actual siglo XXI, donde los sujetos sean competentes en los diversos campos del saber, haciendo énfasis en el adecuado uso de la tecnología. Esto, indiscutiblemente es un auge que presenta beneficio, pero también afectación respecto al modo en cómo los seres humanos utilizan la tecnología para comunicarse, acceder y manipular la información, lo que en definitiva los conlleva a establecer cómo se crea el conocimiento y se percibe la realidad que acontece en la cotidianidad.

Los cambios mencionados anteriormente requieren el compromiso de los actores del proceso pedagógico, que en este caso son los docentes, para que la tecnología se convierta en una herramienta altamente vital e imprescindible. Es por ello entonces que el éxito de un alumno que efectúe sus estudios virtuales depende, en gran medida, de transferir su estilo de estudio y su personalidad a la exigencia del programa académico que desarrolle en determinado colegio, academia de estudios superiores y/o universidades. En tal sentido, se requiere de una combinación de una serie de cualidades, tales como flexibilidad, persistencia y trabajo constante.

Estos lo podrán lograr aquellos que disfruten, razonable y lógicamente, más, el ambiente virtual, y de esa manera se motiven que le saquen el suficiente provecho al tiempo en que desarrollarán sus competencias de manera individual y no dependan todo el tiempo de una retroalimentación personal y/o colectiva. De igual forma, esto dependerá también de los propósitos claros que tengan los estudiantes antes de comenzar sus estudios académicos. Sin duda, se debe priorizar las necesidades más relevantes y determinar la situación actual y los requerimientos previos de los conocimientos que se adquirirán, estableciendo si, los conocimientos y experiencia es la adecuada.

Por: Giselle María Vargas

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