La inseguridad en Barranquilla: verdad oficial vs realidad en las calles

Hablar sobre la percepción de inseguridad frente al análisis que hacen, por un lado las autoridades administrativas y de Policía, y por el otro la gente del común o el ciudadano de a pie sobre la situación que afronta hoy Barranquilla ante la ola de hurtos y homicidios, obliga a ponerle lupa a lo que se dice o muestra como la versión o verdad oficial versus la opinión ciudadana y la realidad en las calles.

El conductor de un bus de transporte urbano fue asesinado la noche de este martes, al parecer en una acción sicarial, al interior del vehículo mientras prestaba este servicio y ante la mirada de los pasajeros. La Policía asegura que “lo ocurrido no guarda relación con un nuevo caso de hurto porque a la víctima le fueron encontradas sus pertenencias personales”. No obstante, en redes sociales las reacciones de rechazo no tardaron por lo que consideran como “ocultamiento sobre la realidad de los hechos” porque los pasajeros del bus habrían visto que el conductor se resistió al intento de atraco”.

Pero más allá de lo que opinan en las agitadas redes sociales, apenas pocas horas después del hecho violento, conductores de la empresa Sobusa denunciaron ante medios informativos que – efectivamente –  los atracos están a la orden del día en todas las rutas que cubren en el norte, centro y sur de Barranquilla y su Área Metropolitana.

“Queremos más vigilancia policial para los conductores porque la cosa se está extremando y hay mucho peligro en las calles. Hace tres días también balearon a un compañero con una pistola automática y ahora pasa esto con el muchacho. No hay ninguna ruta que se salve, todas están peligrosas: en la 17, la 24 o la 21”, señaló un conductor, al tiempo que este miércoles realizaron un bloqueo con varios buses de la empresa, en la avenida Murillo, para protestar por la situación de inseguridad.

Y ante los asaltos a mano armada en establecimientos comerciales, a plena luz del día y con clientes presente, los videos de las cámaras de seguridad siguen inundando las redes sociales. Los más recientes evidencian, uno, el accionar de al menos tres delincuentes que ingresan a una tienda de perfumes, intimidan y agreden a una mujer y después recogen todo lo que consideran de valor. El hecho ocurrió al norte de la ciudad. Y el otro, un caso similar registrado en una miscelánea en el barrio Las Delicias, hasta donde un joven luciendo una gorra con la inscripción del FBI, camiseta amarilla y sin tapaboca simuló ser un comprador y al ingresar desenfundó lo que parece una Pistola de Fogueo, intimidando a clientes y en presencia, al parecer, de dos niños y una mujer de la tercera edad que atendía en el local comercial. De nuevo los celulares fueron el foco de atención del delincuente.

Sobre estos hechos el comandante operativo de la Policía Metropolitana, Coronel Jhon Sepúlveda, dijo a la prensa que “el escuadrón antihurto se activa y funciona – fundamentalmente – con información de la comunidad…”  e hizo un llamado para que la gente denuncie con más prontitud, generando así la reacción inmediata de las unidades de Policía.

Estas son las dos caras de una moneda que, sin duda, no podrá caer de canto mientras la seguridad ciudadana sigue siendo un propósito, objetivo por cumplir, tarea pendiente o quizá un tema con versiones enfrentadas y por el cual la comunidad reclama que deje de ser tratado como un asunto de percepción, según el lado desde el cual se mire la moneda.

Por: Freddy Gutiérrez B.

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