«Jackie» Gutiérrez lucha para no ser derrumbado por la depresión

Cuatro paredes y el silencio absoluto pueden llegar a torturar a aquellos que han hecho su nombre Imborrable. A pesar que lleven una vida normal sienten un peso aplastante que no se cura con fuerza de voluntad.

Joaquín ‘Jackie’ Gutiérrez, fue el primer colombiano en conectar un cuadrangular en la gran carpa y el tercer colombiano en jugar en las Grandes Ligas del Béisbol de los Estados Unidos (1983). Dentro de él habita un monstruo silencioso llamado depresión.

El ex pelotero cartagenero de 60 años sufre de trastorno bipolar maníaco depresivo. Sus síntomas comenzaron a presentarse en su época de jugador en Grandes Ligas y su condición empeoró debido al confinamiento por el COVID-19. Su primera hospitalización fue a principios de enero, pero esta vez sufrió una recaída que estuvo acompañada por altas temperatura que complicó el cuadro clínico del deportista, por lo que fue remitido a urgencias en las últimas horas.

De acuerdo con el médico psquiatra Aníbal Monterrosa, en declaraciones al medio «Eso va noticias» de Cartagena, ese trastorno se le habría manifestado bajo “síntomas como exceso de energía, reducción de la necesidad de dormir y pérdida de noción de la realidad”.

“Los episodios depresivos pueden incluir síntomas como falta de energía, poca motivación y pérdida de interés en las actividades cotidianas. Los episodios de cambios de humor duran de días a meses y también pueden estar asociados con pensamientos suicidas. Por lo que fue necesario ingresarlo para entrar en recuperación de su trastorno”, a gregó el profesional de la salud.

El estado de la leyenda del béisbol nacional requiere un tratamiento equivalente al de una persona que sufre de asma o hipertensión pues su condición responde al menor estímulo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión será la primera causa de discapacidad en el mundo en el 2030.

Un abrazo dado a tiempo puede ser un salvar una vida, pero a veces no captamos si alguien necesita ayuda. Donde vemos a una persona con mil idas y venidas puede haber un alma muerta que está repleta de dudas.

Por: Mary Sánchez

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