Indígena Wiwa aspira a cerrar las brechas educativas en su comunidad

Cada jueves Patricia Gil Mojica, perteneciente a la etnia Wiwa, descendía desde la comunidad de Kemakumake, en la Sierra Nevada de Santa Marta hasta la Universidad del Magdalena, para cumplir su sueño de convertirse en licenciada en Educación Básica con énfasis en Humanidades-Lengua Castellana.

Tenía una motivación: inspirar, ser ejemplo y trabajar en su comunidad para conseguir que más niñas estudien en búsqueda de equidad, oportunidades y un mejor futuro.

Su sueño se convirtió en una realidad en la reciente ceremonia de graduación del Centro para la Regionalización de la Educación y las Oportunidades – CREO realizada en UNIMAGDALENA, donde la joven indígena Wiwa obtuvo su título profesional.

“No fue tan fácil, pero lo logré, porque quiero apoyar a mis comunidades, especialmente a niños, niñas y jóvenes”, afirmó la hoy licenciada Patricia Gil, quien ratifica su interés por sacar adelante al género femenino, especialmente, en el que se ha acentuado la brecha de acceso a la educación.

A pesar de cursar la modalidad a distancia, Patricia Gil Mojica debía asistir a clases presenciales; sin embargo, la distancia y la dificultad del camino hasta su terruño no fue obstáculo.

“Estoy muy feliz por lograr lo que siempre quise”, manifestó la licenciada, quien ya ejerce su profesión en la Institución Etnoeducativa Distrital Zalemaku Sertuga, la misma donde descubrió su pasión por la enseñanza y donde percibió la necesidad de abrir la educación a todos.

La tenacidad y firmeza de sus propósitos también se vieron reflejadas en la superación de las barreras lingüísticas, pues esta joven indígena cuya lengua materna es Damana, aprendió a dominar el español y pretende que en su comunidad los jóvenes sean bilingües.

Al acto de graduación asistió Martha Bolaño Suárez, quien la vio crecer y fue clave en su motivación. “Fui su docente en preescolar e influí en la comunidad para que las niñas estudiaran. Logró terminar su bachillerato y aquí está terminado sus estudios profesionales”, aseveró.

Patricia es una de las 295 personas que empiezan a recoger la siembra de la educación superior impartida a través del CREO de UNIMAGDALENA y a quienes la educación superior les brindó herramientas para transformar sus vidas, las de sus familias y de sus comunidades.

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