En Barranquilla Larry Harlow llora a su ídolo Larry Harlow

“El Judío Maravilloso” deja en la comunidad salsera del mundo un inmenso vacío por su valioso aporte a la construcción de la identidad latina.

Desde que Larry Harlow Andrade -el barranquillero que se siente una celebridad, aunque admite no serlo- se enteró de la muerte de Larry Harlow, uno de los exponentes más valiosos de la música afroantillana -pianista de la Fania All-Stars- no ha parado de llorar.

Se hace difícil conversar con él porque las constantes llamadas a su teléfono celular interrumpen la charla.

Aunque todos saben que el Larry Harlow de Nueva York no tiene nexos familiares con el Larry Harlow de Barranquilla, familiares, amigos, conocidos lo llaman compungidos para expresarle condolencias por la muerte del afamado pianista.

A los dos los unen dos cosas: el nombre que comparten y el profundo amor por la música afroantillana.

Humberto Andrade Mariano -Tico Salsa- hombre colorido y dicharachero, difícil de ignorar en el ambiente salsero de Barranquilla, tuvo la poco usual idea de perpetuar el nombre de dos íconos de la salsa internacional bautizando a sus hijos con sus nombres. Y se la jugó en una apuesta con su mujer Fulvia.

-Si nacen varones yo les pongo el nombre. Si llegan hembras tu los escoges-

Esa apuesta -descabellada porque Tico iba a poner el nombre y apellido de sus ídolos en el nombre de sus hijos- marcó las vidas de Larry Harlow y Jerry Masucci Andrade Aguilar.

-Que mi nombre sea Larry Harlow es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Me abre muchas puertas. Conversé con Larry Harlow dos veces en Barranquilla y se maravilló por el aprecio que le tienen en la ciudad. Mantuvo comunicación conmigo desde 1996, cuando llegó a un concierto. Un caballero en toda la extensión de la palabra. Detallista y generoso – recuerda mientras se enjuaga las lágrimas.

El Larry Harlow barranquillero no es musico. Es empleado de una empresa procesadora de químicos, pero todo el que lo conoce lo abraza, le pide fotografías y lo trata como una celebridad.

-Y se impresionan más cuando se enteran que yo soy hermano de Jerry Masucci el hombre del billete de la Fania All-Stars – dice y ríe por primera vez durante la entrevista.

El Larry Harlow que dejó la profunda huella entre el Larry Harlow Andrade y toda la comunidad salsera de Colombia nació y murió ayer en Nueva York, aquejado por problemas renales.

El nombre de pila del afamado musico era Lawrence Ira Kahn, hijo de inmigrantes judíos que llegaron a inicios de la década del 40 a vivir entre la comunidad de judíos y negros en Harlem. Toda su familia ha estado por siempre ligada a la música; su madre Rose Kahn, era cantante de opera y se presentaba en los conciertos con el nombre artístico de Rose Sherman. Su padre Buddy Kahn, era contrabajista y se ganaba la vida tocando para varios grupos artísticos en la vida nocturna de Nueva York.

Desde los seis años el pequeño Lawrence estuvo entregado a la música. A los cinco años ya tocaba piano y asistía con su hermano Andy a la Escuela Superior de Música y Artes de Manhattan en donde perfeccionó el piano y aprendió a tocar el órgano, el oboe, el corno inglés, la flauta y el bajo.

Cinco años después ya Laurence arma un grupo con músicos negros de Harlem y sale a las calles a trabajar en clubes nocturnos y fiestas privadas. Sólo entonces se entera que un profundo vacío asola su corazón:

-No tengo el son. Soy un musico que puedo pasar toda mi vida estudiando, pero me falta algo que no voy a encontrar en Nueva York. No soy caribeño, no soy latino, pero me encanta esta jodienda de la música y debo llenar ese vacío- les dijo a sus padres antes de marcharse a Cuba en 1952.

En Cuba Laurence Ira Kahn se sintió pleno. Permaneció allí pocos años porque la revolución lo hizo salir. Conoció a Arsenio Rodríguez, a Noro Morales y departió con los músicos de la orquesta más famosa de la isla, la Orquesta Aragón. Eran estrellas que las disfrutaba a distancia en las radioemisoras de Nueva York. Entonces su vida como artista dio un giro. Entendió que la música afrocaribeña estaba careciendo de dos instrumentos que son la sal y el ajo para toda buena preparación de cocina: La trompeta y el trombón.

Regresó a Nueva York con estas ideas y fusionó con unos músicos amigos la primera orquesta con trompeta y trombón. Fue entonces cuando Johnny Pacheco los observó y se reunió con ellos a montar los primeros acordes de lo que poco tiempo después todos disfrutan como salsa. Ya en su salsa Laurence Ira Kahn hizo un homenaje a su padre recién fallecido; toma su nombre para darse a conocer en el mundo como artista.

El nombre artístico de su padre era Buddy Harlowe. Laurence, en honor a un médico cirujano que había atendido a su padre, tomó el nombre de Larry. Del nombre artístico de su padre omitió la última e al segundo nombre. Y se dio a conocer como Larry Harlow.

Desde entonces Larry Harlow no se separó jamás de los músicos cubanos:

-En el Palladium Johnny Pacheco llegó una noche con Jerry Masucci y se sentaron en una presenciar la actuación con los músicos de Harlow. Me preguntan que si yo quiero firmar con Fania. Le dije que si y no hecho más sino viajar y hacer crecer este orgullo latino que se llama salsa- le dijo Radio Francia Internacional.

Años antes, cuando salió de Nueva York Laurence Ira Kahn -tenía 14 años de edad-  era un judío consagrado al islam. Sus padres lo vincularon a una iglesia cercana a su casa en Harlem y el joven Larry asistía con devoción a sus citas religiosas con sus hermanos y primos.

-Cuando llegó a Cuba me consagré tanto a investigar a la música y sus orígenes en la cultura musical africana que me convertí en santero y eso me llevó a ser un seguidor de la yoruba. Yo soy un santero de tiempo completo y a mi regreso a Nueva York no he abandonado mis creencias- dijo en esa entrevista.

Desde que comenzó a trabajar como musico Larry Harlow nunca se apartó del jazz. De hecho, en sus interpretaciones con el piano, imprimió siempre la marca de su formación jazzística en la escuela.

-Después de salir de Fania Yo he llegado a manejar hasta cuatro grupos musicales al tiempo y en esos grupos siempre tengo una orquesta de jazz. Es una inspiración tocar jazz y me place ver a mis músicos hacer lo que saben en estos grupos- sostuvo.

Una de esas orquestas – “La Harlow”- ha permanecido vigente por 42 años y ha grabado 45 temas. Con Fania, Andy Harlow, Justo Betancourt, Orquesta Bronco, Orquesta Diocupè y Latín Tempo, ha realizado mas de 300 producciones.

La raza latina, nuestra cultura, nuestras tradiciones, la heredad musical, ha sido por siempre un tema que Larry Harlow expresó su arte. De hecho, expresó siempre que se sentía: “El latino más norteamericano de la salsa” y dejó una obra musical que llamó la Raza Latina con el deseo que fuese “interpretada por los cuarenta músicos mas famosos del mundo”.

Cuando le preguntaron ¿de dónde nace esa identidad artística “El Judío Maravilloso”? respondió:

-Fue Adalberto Santiago, cuando grabamos el tema La Cartera. Todos saben que yo soy hijo de judíos y desde que tengo uso de razón me llaman El Judío. Adalberto sabia el aprecio y admiración que siento por Arsenio Rodríguez, quien era ciego y le decíamos por cariño El Ciego Maravilloso. Desde entonces, aludiendo a mi origen me identifican como el Judío Maravilloso-

La música de Larry Harlow enamora. Tiene un valor impecable en sus arreglos y eso atrapa la atención de grandes y chicos. En el ambiente salsero de Barranquilla, en las esquinas, en las terrazas, en los estaderos, en los bulevares esos arreglos invitan a recorrer y a amar nuestra identidad afroantillana.

Por eso a nadie extraño ver salir a la palestra salsera a un niño como Sammy Quillero, diciendo con su frescura tropical que sentía un profundo pesar en su corazón por la desaparición de Larry Harlow, un artista a quien convirtió en ídolo por su música.  Sammy no alcanza la mayoría de edad, es cultor de la heredad picotera y dice que desde bebé los arreglos impecables de “La Cartera” lo hicieron abandonar el carrito de bomberos que había traído el Niño Dios y pidió a sus padres que le compraran un picó.

-Duele que se muera un genio tan valioso de nuestra cultura. Un hombre que vivió para afianzar nuestra identidad Caribe. Un artista en toda la extensión de la palabra. Pero su música queda- dijo a los medios.

Otro que no parará de llorar por mucho tiempo es Tico Salsa:

-Era un musico completo. Les cuento que la cultura salsera del mundo pierde a uno de los genios más sobresalientes. Es uno de los inventores de la salsa, por eso yo me atreví a bautizar a mi hijo como Larry Harlow. Hoy él puede decir que no me equivoque al meterlos en esa aventura para toda la vida, porque mi hijo me dio un nieto que también fue bautizado como Larry Harlow –

 Por William Ahumada Maury

Scroll al inicio