Con la llama que invoca la leyenda de Prometeo, uno de los titanes de la mitología griega que robó el fuego para entregarlo a los humanos y representa los valores del ser humano, encendió el pebetero en el Estadio Olímpico de Tokio en la ceremonia de inauguración de los Juegos de la capital japonesa que tuvo lugar este viernes 23 de julio.
El pebetero, fue ubicado sobre estructura que representa al monte Fuji, una de las tres montañas sagradas de Japón. Al pie del pico más hermoso de la tierra se encontraba la tenista japonesa Naomi Osaka, la tenista ganadora del US Open e ídolo de la disciplina.
La presencia de Osaka frente al Fuji-san evoca a la presencia de los samuráis que realizaban sus entrenamientos a los pies del santuario sobre las nubes para canalizar la fuerza que les transmitía esta montaña sagrada.
Posteriormente Osaka subió la escalinata y ante ella se abrió en la estructura el pebetero que tenía una forma esférica que representaba el sol.
En el relevo de la llama, estuvieron presentes varios ex atletas nipones y trabajadores de la salud que fueron invitados a participar como reconocimiento a su labor contra la pandemia del COVID-19.
De esta manera ha quedado oficialmente inaugurada la 32ª edición de la Olimpiadas y la llama iluminará permanentemente las justas hasta que terminen los Juegos, el domingo 8 de agosto.
Por: Mary Sánchez
