Hacia la media noche del lunes 19 de octubre del 2020, Yanerilsa Márquez Maza, de 31 años de edad, escuchó “un estruendo” que la hizo levantar de su cama.
Eran más de dos hombres armados con un hacha. Entre los decididos a destruir los bienes de la casa de la mujer, se encontraba Jorge Armando Bolaños Solano, de 37 años; su expareja, con quien sostuvo un amorío de 9 “tormentosos” meses; desmovilizado de la guerrilla de las FARC y estuvo en la cárcel nueve años por homicidio.
Según relata la mujer, salió del cuarto y vio cómo el hombre destruía los objetos de su casa con el argumento de “por no darme la moto”. Así mismo, la ultrajó físicamente y roció con gasolina la casa y a ella. Afortunadamente los fósforos estaban mojados y no prendieron.
“Ya estaba acostada cuando siento los estruendos. Él entró a la fuerza con un hacha y con tres tipos armados partieron los electrodomésticos. Con el hacha le daba a la nevera. Yo intenté salir de la casa, pero cuando iba a salir me roció gasolina, pero gracias a Dios el fósforo no le prendió”, relató la mujer.
Los vecinos de la mujer le hicieron saber que el hombre regresó en la madrugada, pero ella, ya no estaba allí.
Aunque la mujer decidió terminar con su relación el pasado 24 de septiembre y echarlo fuera de su casa, donde residían con los dos hijos de la mujer (de 9 y 3 años), Bolaños Solano continuaba con acercamientos amenazantes hacia ella por medio de sus familiares, con la intención de obtener la moto, la cual, la mujer afirma ser de su propiedad. “Me manda a sus hermanos a amenazarme. Ha llegado a mi casa a amenazarme y hasta ha ido a mi trabajo a lo mismo”.
Ante este hecho alarmante la mujer ha pedido protección de los organismos de control porque teme por su vida, pese a que ya instauró una denuncia en la Fiscalía.
Yanerilsa Márquez, es una mujer más violentada en la capital del Atlántico de la larga lista que existe, es por ellos que, la Red de Mujeres, la Secretaría departamental de la Mujer y la Policía Metropolitana se han comprometido a brindar acompañamiento y garantizar la seguridad de la mujer y sus hijos.
Por: Adriana Ricardo
