¿Casa de la Selección Alfredo Arango Narváez?

Durante mucho tiempo se ha discutido el origen del fútbol en Colombia. Ciudades como San Juan de Pasto, Quibdó, Cúcuta y hasta Bogotá, se atribuyen ser los precursores del desarrollo del deporte pero hasta ahora la influencia de los ingleses en la zona norte del país, más concretamente en Barranquilla y Santa Marta, ha tenido más aceptación.

Por estos días en la capital del Atlántico se habla de qué nombre debería llevar la sede deportiva de la Selección Colombia, un rincón ubicado en Alameda del Rio, donde el combinado patrio se pone a punto para continuar su camino por un cupo al Mundial de Qatar 2022.

Por ahora ha tomado fuerza tres nombres importantes para la historia del balonpié. El primero, Marco Tulio Coll Tesillo, en honor al barranquillero autor del único gol olímpico en la historia de los mundiales de fútbol, venciendo al considerado mejor arquero de todos los tiempos, el soviético Lev Yashin, conocido como «la araña negra».

Gracias a Coll, el combinado patrio tiene el privilegio de ser la única Selección en haber anotado de esa manera tan magistral

Otro candidato, que fue amigo del olímpico Coll, es Efraín ‘Caimán’ Sánchez. Considerado como uno de los arqueros más importantes a nivel nacional y el primer jugador nacido en nuestro país en jugar en Liga Argentina, debutó profesionalmente con San Lorenzo de Almagro entre 1948 y 1949.

Con la Selección Colombia, estuvo presente en las Eliminatorias al mundial de Suecia 1958 y en el Sudamericano de 1957. Además, contribuyó en la clasificación a Chile 62 y disputó el primer Mundial de nuestra historia. Posteriormente; en su carrera como técnico de la Selección, quedó subcampeón de la Copa América de 1975 en la que Perú se llevó el trofeo.

Como era de esperarse, en las cábalas está presente el astro samario Carlos “Pibe” Valderrama. El este caso el capitán tres veces mundialista con la camisa tricolor no necesita carta de presentación y además lidera cualquier tipo de encuesta realizada en redes sociales.

Por otro lado, existe un candidato que quizá nadie tenía en la carpeta. Sin embargo sí está presente para el sociólogo y doctor en Historia Édgar Rey Sinning. En su criterio se debería considerar el nombre de Alfredo Arango Narvaéz.

“Sin duda los tres tienen sus méritos. Coll tiene el mérito del gol olímpico, “Caimán” Sánchez por lo que significó en el arco de Colombia e internacional y “Pibe” Valderrama que reúne todos los requisitos que para que la sede lleve su nombre”, comentó el sociólogo en dialogo con PRENSA NEWS.

Añadió que “sin embargo a mi juicio, que vi fútbol en la década de los 60 y 70, para mí hubo un numero 10 irreemplazable, estuvo en las olimpiadas de México 1968 con alta calificación y se llamó Alfredo Arango Narváez. A mi gusto, y a gusto de muchos periodistas, fue el mejor en su época. Fue campeón con el Unión Magdalena, campeón con Millonarios e hizo campeón a Junior, de tal manera que le debemos un homenaje no solamente en Santa Marta si no en Colombia”, señaló.

Para el historiador, Arango reúne todas las condiciones para ser recordado y que su nombre vaya más allá de la costa Caribe colombiana. Según explica, durante muchos años, en el interior del país se discutía sobre quien debía ser el afortunado portador del número 10 de la selección Colombia en la década de los 70 y 80, pero gracias a la exquisitez del maestro Arango solo se podía aplicar el silencio. Según algunas descripciones del periodista Fabio Poveda Márquez, Arango era el único samario que no hablaba, prefería hacer lo que sabía en la cancha.

“Cuando se hablaba de él (Arango) todo el mundo se quedaba callado porque no les interesaba que un samario estuviera en la selección Colombia de mayores al frente de la parte creativa. Por eso se le dice el maestro, no fue un capricho, fue por su virtud, paciencia y destreza con el balón”, resaltó.

Con una nómina conformada por dos barranquilleros y dos samarios, a la Federación Colombiana de Fútbol le corresponde colocarse la 10 para la designación del nombre.

Por: Mary Sánchez

Fotografía: Portada del libro “Jueguen muchachos» del periodista José Orlando Ascencio.

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