Análisis: Reactivación económica vs desborde social

Hay que poner especial atención al autocuidado en este inicio del llamado plan de reactivación económica y del empleo que aunque tiene a Barranquilla como ciudad piloto a nivel nacional, no excluye particularmente lo dispuesto por las alcaldías en municipios con poblaciones comparativamente menores, pero donde controlar el actuar ciudadano para que este sea más consciente, resulta un tema complicado de manejar, especialmente con su población más joven.

Este fin de semana vimos más gente en las calles, más tráfico vehicular, más rumbas en sitios públicos y también en domicilios.

Aglomeraciones, algunas controladas para el cumplimiento del aforo, uso del tapaboca y el distanciamiento físico. Tal es el caso del evento organizado por la Alcaldía Distrital en el parque Sagrado Corazón, al norte de Barranquilla, donde un concierto de música folclórica puso a bailar a más uno. Allí notamos orden, autocuidado y disciplina social. El escenario fue evacuado rápidamente luego de terminar este evento al caer la tarde. Y del mismo modo las áreas recreativas y su gramado fue disfrutado por grupos familiares y de amigos. Se trataba entonces de disfrutar la oportunidad de volver a estar sin restricción en un sitio al aire libre. Y así fue.

No obstante, el desborde social también se hizo evidente en sectores donde confluyen los estaderos de música, billares, bares y similares, particularmente muy cerca a zonas residenciales, y lo mismo ocurrió en playas y balnearios, para citar de manera puntual esos sitios donde la falta de autocontrol y de control aplicado por la autoridad correspondiente, también quedó en evidencia.

Con la llamada apertura económica y del empleo, el ministerio de Salud ha insistido en que «desbordase puede generar la necesidad de volver a cerrar la puerta o regresar al confinamiento». Es decir: no hay que bajar la guardia porque el Covid-19 sigue entre nosotros y advierte, además, que «deben mantenerse todas las medidas de bioseguridad -incluso- estando la persona vacunada con una o las dos dosis».

Salir ahora a la calle y pensar que todo sigue igual o lo mismo, entonces es igual a creer que nada aprendimos después de catorce meses de confinamiento.

Eso sí, otro es el factor comercial o económico que mueve tal apertura frente a la necesidad de reactivar la productividad y el empleo en sectores muy golpeados por la pandemia como el entrenamiento.

Se requiere, es urgente y parece también inaplazable volver, pero bien se ha dicho reiteradamente que sería una apertura gradual y controlada. ¿Fue así durante este primer puente festivo de junio?

Vendrá otro largo fin de semana y también la celebración del Día del Padre, previsto – al parecer – para el domingo 20 de junio. Otra prueba de fuego ante esta «nueva normalidad» que no entrega opción distinta a la de cuidarse.

No menos importante resulta lo relacionado con la reanudación de actividades deportivas en canchas y parques, así como la realización de eventos deportivos como el de este martes con ocasión al partido entre la selecciones de fútbol de Colombia y Argentina. El ejercicio con público y control de aforo en el Estadio Metropolitano constituye otro termómetro para medir la temperatura de esta muy sonada apertura.

Está claro: las próximas dos semanas – marcadas por los indicadores de recuperación económica vs los índices de contagios covid-19, porcentajes de ocupación en UCI y de fallecimientos por la pandemia – tiene ya las alarmas encendidas.

Por: Freddy Gutiérrez B.

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