Análisis: Lo que viene…

Entender que tras la elección presidencial de Gustavo Petro, y ante sus propuestas estructurales de cambio hacia un nuevo modelo económico, las reformas de gran impacto social, el proceso de paz y reconciliación, la educación, al igual que la defensa y protección del medioambiente, se convierten – apenas – en esos buenos propósitos que no están a la vuelta de la esquina ante la mirada de los colombianos que se debaten entre el optimismo o la esperanza, el escepticismo o la incertidumbre y entre aquellos que no dudan esperando lo peor vaticinando la debacle porque – definitivamente – nada que le apueste al bien común de la gran mayoría de la población está entre sus planes de cambio.

Así las cosas, es tiempo de asumir con sensatez que tampoco se convertirá en un abrir y cerrar de ojos lo que progresivamente podría ser posible para impulsar un proceso que requiere del concurso y el aporte de todo un pueblo diverso.

En el mismo orden de ideas jugará un rol fundamental la opinión pública para medir la interpretación del agente activo en la sociedad frente a las posibilidades del cambio. No será suficiente con la crítica a ultranza para no dar cabida a la probabilidad de prueba-error ante el devenir de los acontecimientos y que también resulte muy lógico no ser del todo asertivo tomar las decisiones en un gobierno de transición.

Es claro que toda suerte de opiniones y posiciones se entrelazan porque también todo está por verse esperando el momento de la posesión del electo presidente y lo que resulte de sus primeras decisiones y anuncios de gobierno. Sin embargo, el presidente electo, conocidos los resultados electorales del domingo 19, propuso un «acuerdo nacional para que entre todos y todas el país pueda salir adelante».

Es entendible entonces que un país enfrentado de un lado y otro por los conceptos políticos, sí encuentre las formas de lograr acuerdos sobre lo fundamental: Colombia no es el país de unos pocos o el de dos mitades, es el de todos.

Y eso tampoco será una tarea para ejecutar de la noche a la mañana, considerando particularmente que entre sí nos marcan sufrimientos, heridas, frustraciones, derrotas y dificultades; pero también están vigentes la esperanza, los buenos deseos, las posibilidades y el hecho que seamos un país resiliente que tras esperar por décadas decidió finalmente ante la oportunidad de la conciliación hacia el cambio.

Por: Freddy Gutiérrez Buelvas

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