Análisis: Incertidumbre, temor y miedo

Marcar democráticamente el rumbo de Colombia es la gran apuesta de cara a la elección presidencial el próximo 29 de mayo.

Qué es lo que reclama el país y cuál es el camino frente a un mejor presente y futuro de nuestra Nación, en el entendido que todos merecemos menos desigualdad e inequidades y las condiciones y oportunidades para – entre todos – vivir mejor.

El panorama político-electoral tiene claras tendencias en los discursos de campaña. Hablar contra «el odio de clases» como herramienta para promover las libertades, la institucionalidad y la democracia – aunque para algunos resulte mejor imperfecta – para fundamentar el poder económico soportado en el sector empresarial de la mano con la clase política; y de otra parte argumentar las necesidades de la población «mayoritariamente excluida» que reclama el cambio, la justicia social, y las oportunidades y mejores condiciones generales de vida. Pero además no resulta menos importante por considerar el discurso que propone la búsqueda del equilibrio utilizando «la esperanza» como el objetivo de la educación para llegar a la meta.

Frente a las interpretaciones solo resulta oportuno o trascendental – dependiendo del ángulo que pueda mirarse – como determinar una decisión conciente, autónoma, libre e informada ante los diversos escenarios expuestos y no considerar que por cuenta de «saltos al vacío» hacia la «expropiación» de un país «amarrado a la desigualdad social» no exista la posibilidad de cambiar el rumbo acabando así con la incertidumbre, el temor y el miedo.

En nuestro país no es posible que sigan haciendo carrera las diferencias marcadas por las opciones de unos y otros compatriotas porque todos integramos una Nación, un mismo territorio, ese país igual y diverso que debe ser el espacio de todos y todas.

Así es posible una paz colectiva y será necesario también un proceso de reconciliación, tolerancia, asimilación y aceptación frente a las diferencias.

Por: Freddy Gutiérrez B.

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