Amor en tiempos de coronavirus

“…Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron más conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad…”

En el barrio urbanización Las Nubes, en Soledad 2000, vive una pareja con más de 29 años de casados, quienes no dejan de reinventarse en lo afectivo y continúan fortaleciendo su amor día tras día, aún en medio de la pandemia por el Sars-CoV-2. Se trata de Josefa Osorio, de 56 años y Eduardo Navarro, de 61 años, quienes se conocieron en el municipio de Polonuevo (Atlántico) en 1991.

“Él estudiaba en el mismo colegio que yo. Además, vivíamos cerca. Para un día de amor y amistad me regaló una tarjeta bien bonita que decía: “no quiero ser tu amigo, sino tu novio”, relató Josefa Osorio.

A partir de ese momento iniciaron un romance que se afianzó con el matrimonio y el pasar de los años.

“Al final me dije: esta es la mujer que va hacer la mamá de mis hijos. Así que le escribí y le dije que me quería casar con ella”, expresó Eduardo Navarro.

Desde entonces la pareja consolidó su idilio y cómo fruto de su unión nacieron sus dos hijas: Liz Vanessa Navarro y Leidy Navarro.

No obstante, juntos han tenido que enfrentar adversidades, en donde solo el amor funciona como el antídoto para todos los males.

“Él estaba preocupado, porque su trabajo es transportar productos en una camioneta. Y con esto de la crisis, se vio en la obligación de restringir las salidas. Realmente fue algo alarmante; él es una persona que apoya y aporta mucho en la casa. Además, tenía que cuidarse porque ya es un señor de edad y aparte, es diabético” enfatizó la esposa.

La cuarentena, que cayó de sorpresa, lo cambio todo. Sin embargo, no pudo destruir el amor que existe entre esta pareja, dado que los sentimientos se mantienen y subsisten, así como los distintos lenguajes y formas de amar.

“Me encanta su desenvolvimiento como mujer de hogar. Es una mujer muy buena, responsable, laboriosa, tiene proyecciones, centrada en lo que quiere y sabe cómo conseguirlo. Además, su comprensión que ha tenido conmigo y saber aceptarme con todos mis defectos (…). El amor y la atracción que sentimos es mutua e importante para nuestra familia”, expresó el esposo.

Es así como la pandemia de 2020 ha llevado a reinventarse en lo afectivo, pero también ha permitido descubrir el amor que hay en medio de esta reclusión.

Por: Liz Castelar

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