El repunte progresivo del coronavirus en Francia ha provocado que cada vez más ciudades hagan obligatorio el uso de la mascarilla en espacios públicos abiertos para contener la expansión de una pandemia ante la que el primer ministro del país, Jean Castex, pidió este lunes no bajar la guardia.
«El virus no está de vacaciones y nosotros tampoco. Pido a todos los franceses que permanezcan muy alerta porque la lucha contra este virus y esta enfermedad obviamente depende del Estado, de las administraciones locales y de todas las instituciones movilizadas, pero también de cada uno de nosotros», dijo Castex en Lille.
Esa ciudad del norte de Francia impuso este lunes el uso de la mascarilla en las calles peatonales y comerciales, los mercados al aire libre o los espacios verdes, entre otras zonas, una medida que estará en vigor durante un mes y cuyo incumplimiento será sancionado con una multa de 135 euros.
Bayona y Biarritz, en el País Vasco francés; las ciudades de Tours u Orléans en el centro del país, las costeras Cannes y Niza (sur) o Trouville (noroeste) son otras de las localidades que también han impuesto la mascarilla en los centros urbanos o en zonas muy frecuentadas, como mercados o enclaves turísticos.
El Gobierno francés autorizó el pasado viernes a los prefectos (delegados gubernamentales) decidir que la mascarilla sea obligatoria en los espacios públicos abiertos cuando las circunstancias locales así lo exijan.
En el conjunto del país, el Ejecutivo decretó el pasado 20 de julio su uso obligatorio en los espacios públicos cerrados, como las tiendas, las estaciones ferroviarias y marítimas, los aeropuertos, los lugares de culto o los museos.
Las últimas cifras de las autoridades sanitarias, que datan del pasado viernes, apuntan que en Francia ha habido 30.265 muertes por coronavirus desde el inicio de la epidemia y casi 188.000 casos confirmados. Actualmente se investigan 157 focos.
La tasa diaria de contagios ha vuelto a superar el millar y la de fallecidos ronda la decena.
«Todos tenemos que entender que el objetivo es simple: protegernos contra el virus, sobre todo sin que se detenga la vida económica y social. Es decir, evitar la perspectiva de un reconfinamiento generalizado», señaló Castex.
Con información de la Agencia EFE
